La polémica en torno a Edgardo Kueider está lejos de finalizar. Ahora, sus hijos se convierten en el centro de una nueva controversia que exhibe la falta de transparencia en la gestión pública y el descarado uso del poder político para asegurar privilegios familiares.
La designación de uno de sus hijos en la Justicia entrerriana, luego de haber ocupado un cargo en el Senado, generó un fuerte rechazo social.
Facundo Darío Kueider: del Senado a la Justicia
Facundo Darío Kueider, hijo del exsenador, no solo logró asegurarse un puesto en el Senado de la Nación sino que ahora ha dado un paso más, ingresando al Poder Judicial de Entre Ríos. La noticia de su designación generó indignación, ya que se cuestiona si se respetaron los criterios de mérito y capacidad. Para muchos, este movimiento representa el colmo del nepotismo, dejando en evidencia una “puerta giratoria” de privilegios en la administración pública.
Emilce y Haidar Kueider: otros ejemplos de la utilización del estado en favor de la familia
La lista no termina ahí. Emilce Kueider trabaja en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, un organismo estratégico donde los nombramientos suelen ser vistos como premios políticos. Por su parte, Haidar Kueider opera en el ámbito privado, como socio de Edekom SA, una empresa que ha sido señalada por sus vínculos familiares y posibles irregularidades en su constitución y manejo financiero.
Una familia blindada por el poder
La incorporación de Facundo Darío Kueider al Poder Judicial de Entre Ríos ha sido calificada como una “joda total” por sectores críticos, que consideran inadmisible que se utilicen las instituciones públicas como un feudo familiar. Este hecho reaviva el debate sobre el uso de influencias políticas para garantizar beneficios exclusivos, algo que no solo afecta la transparencia del Estado, sino además la confianza ciudadana en las instituciones.
En una provincia signada por la corrupción y el clientelismo, la familia Kueider se posiciona como un ejemplo claro de las prácticas que tantos ciudadanos cuestionan. Mientras miles de entrerrianos luchan por conseguir un empleo, los hijos de Kueider parecen caminar sobre una alfombra roja llena de privilegios.