El funcionario público -con un sueldo que supera varios millones- criticó la obra de Dolores Reyes y le pareció “una vergüenza” que Kicillof haya posado con el libro en sus manos. Eso sí, en esta ocasión confesó tocar de oído porque ni siquiera se tomó el tiempo de sentarse y leer el escrito que su gobierno quiere censurar.