“Sería importante que Guillermo Michel empiece por explicar de dónde saca tantos dólares para comprar todos los medios de comunicación de la provincia. Porque lo que está haciendo no es política: es una operación mafiosa, un secuestro institucional de Entre Ríos.” Así lo denunció el abogado Carlos Guillermo Reggiardo, tras la nueva embestida mediática de Michel y sus voceros a sueldo.

Michel no vive en Entre Ríos. Nadie sabe de dónde vino ni a qué vino. Pero se lo ha pasado comprando medios, presionando a periodistas, apretando jueces, digitando causas, fabricando denuncias, operando desde Buenos Aires con el objetivo de blindarse con fueros y colonizar la política provincial.

Ahora se comenta que habría comprado con Radio Plaza y con el periodista Daniel Enz, que desde entonces repiten línea por línea lo que Michel les baja. Los convirtió en un panfleto de guerra contra todo aquel que no se arrodille.“Nos ha apretado a todos los peronistas. Nos aprieta con la justicia, nos aprieta con los medios. Quiere armarme una causa, quiere destituirme usando operadores disfrazados de periodistas. Pero con toda la fuerza lo vamos a pelear”, agregó Reggiardo, al denunciar la campaña coordinada entre fiscales, medios comprados y funcionarios amigos de Michel.

Este personaje, que responde a Massa, Pichetto y Bordet según le convenga, no tiene ningún arraigo en la provincia. Es un burócrata del poder central, que jamás pisó un hospital público del interior, pero que se cree con derecho a decidir sobre nuestras vidas, nuestras causas, nuestros dirigentes.“Michel no tiene límites. Compra medios, financia campañas, arma causas y se rodea de operadores como Enz, que ya no investiga nada y solo se dedica a ensuciar a los que denunciamos corrupción. Pero esta vez no le va a salir gratis”, concluyó Reggiardo.

Entre Ríos no está en venta. Y no va a ser entregada a un personaje oscuro que opera desde las sombras con dólares, carpetazos y complicidades. Si Michel cree que con plata, medios y fiscales amigos va a someter a esta provincia, se equivoca.

Acá todavía hay quienes no se venden.

Fuente: La Caldera