La posible excarcelación de Pedro Báez, exministro de Comunicación y Cultura condenado por corrupción, está en manos de un tribunal conformado por figuras envueltas en controversias. Entre ellas, la vocal Gisela Schumacher, quien ha sido objeto de críticas por su cambio de postura en el voto que benefició al exgobernador Sergio Urribarri, y la jueza Paola Firpo, sindicada por irregularidades en su desempeño.

Gisela Schumacher: cambio de postura y conductas cuestionadas

Gisela Schumacher, vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), fue duramente criticada por modificar su voto en la causa que involucraba al exgobernador Sergio Urribarri, permitiendo que este elevara su caso a la Corte Suprema y evitara la prisión. Este cambio generó fuertes sospechas sobre su parcialidad y conexión con intereses políticos.

Además, Schumacher fue cuestionada por haber asistido sin autorización a un recital de Paul McCartney en Córdoba, donde compartió espacio con las diputadas Gabriela Lena (Juntos por Entre Ríos) y Lorena Arrozogaray (Partido Justicialista). La vocal no solicitó los permisos correspondientes y abandonó sus obligaciones judiciales en un momento crítico, lo que incrementó las críticas a su conducta profesional.

Paola Firpo: irregularidades, pliegos y decisiones políticas

La jueza Paola Firpo no solo enfrenta grandes críticas por irregularidades que afectaron el tratamiento de causas sensibles y demoras en expedientes clave, sino que también se encuentra con su pliego en evaluación en el Senado provincial. Este pliego, que depende no solo de criterios técnicos sino también políticos, podría estar condicionado en gran medida por su voto en este caso de alto impacto.

El Senado, al tomar decisiones sobre la designación de jueces, considera tanto las actitudes como las aptitudes de quienes se presentan. Por ello, este es un momento clave para observar cómo vota Firpo y cómo su postura podría influir en su futuro dentro del Poder Judicial.

Un fallo que seguramente marcará la confianza en la justicia

La resolución sobre la libertad de Pedro Báez no solo tendrá implicancias procesales, sino que además será un reflejo de cómo actúa la justicia entrerriana frente a los casos de corrupción. La ciudadanía observa con expectativa cómo las juezas Schumacher y Firpo, con sus antecedentes polémicos, decidirán en este caso emblema. También será una prueba crucial para evaluar la independencia, compromiso y perspectiva de quienes tienen en sus manos el sistema judicial.